Yo tengo tantas ganas de callar un poco mi voz interior, que tal vez para no hablar tanto, es que escribo como una desquiciada.
Si observan la imagen podrán ver el gran signo de interrogación que sale del hombre y entonces yo me pregunto, cuántas veces mi labios desbocados han provocado en un hombre (o en más) un pensamiento como ese y mientras yo me quedaba hasta sin saliva, el tipo en cuestión no tenía ni idea de lo que yo estaba diciendo.
Somos unas expertas en desperdiciar palabras (aunque sin duda, podemos presumir de nuestro vocabulario) estos pobres hombres que nos escuchan, simplemente han aprendido por supervivencia, a dejar de escucharnos para su propia salud mental.
Entre mujeres, este es un hábito altamente calificado, porque en las reuniones de mujeres, no nos alcanza la tarde para platicar de todo lo que tenemos que decir y sinceramente, la pasamos súper bien y necesitamos de una nueva reunión para terminar con los temas, pero cuando ustedes ven a un grupo de hombres reunidos, es porque están viendo un partido de foot ball y cuando abren la boca, es para decir su tan preciado GOLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLL y listo, vuelven a llenar sus bocas con alguna bebida, pero las mujeres parece que necesitamos sacar de adentro ese torrente de palabras que si no expulsamos como a borbotones, posiblemente llegaríamos a estallar y son justamente, estos "pobres y callados hombres" los que tienen que escucharnos, porque encima de todo, nos dan, según nosotras, una y mil razones para echarles la cantaleta... ayyyy pero que fastidiosas somos honestamente!
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